Local

Texas militariza el río Bravo en el cruce entre Ciudad Juárez y El Paso

Texas militariza el río Bravo en el cruce entre Ciudad Juárez y El Paso

Cientos de migrantes aguardan en el cauce y en las calles de ambas ciudades el fin de una directiva a la que recurrió Trump para impedir que muchos pidan asilo

exas ha militarizado 500 metros de la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, ante la perspectiva de que el Gobierno de Estados Unidos, que preside Joe Biden, derogue el título 42 del Código de Estados Unidos, el compendio de la legislación federal general en vigor en el país. Una de las grandes polémicas al norte del Río Bravo estos meses, el título 42, una vieja directiva sanitaria rescatada durante la presidencia de Donald Trump, permite a las autoridades impedir la entrada de la mayoría de migrantes, incluso los que piden asilo, alegando razones sanitarias.

Desde este martes, cientos de militares de la Guardia Nacional estadounidense custodian el río por iniciativa del gobernador texano, el republicano Greg Abbott. Aunque no es la primera vez que la Guardia Nacional llega a la frontera, la imagen de la instalación y custodia de una barda de alambre de espino frente al río ha generado polémica en ambos países. El alcalde de Juárez, Cruz Pérez, lo ha tildado de “excesivo” y ha dicho que la llegada de migrantes “no representa una amenaza para el país vecino”.

Muy crítico con Biden estos meses, Abbott respondía con la Guardia y el alambre de púas a la declaración de estado de emergencia del alcalde de El Paso, Oscar Leeser. Demócrata, Leeser tomó la decisión después del cruce masivo, el domingo, de cientos de migrantes por el río. Muchos de los que cruzaron entonces eran nicaragüenses, a los que Estados Unidos no puede deportar por la falta de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Daniel Ortega. México tampoco los recibe, así que muchos quedaron en las calles de El Paso estos días, ante la saturación de los albergues.

El cruce masivo del domingo y la llegada sostenida en los últimos meses de migrantes de países poco habituales, caso de Venezuela o Nicaragua, ha tensado la situación en esta parte de la frontera. Solo en octubre, el último mes del que hay registros, las autoridades fronterizas de Estados Unidos atendieron en El Paso a más de 50.000 migrantes. Estos meses, el gobernador Abbott ha sido noticia por sus ataques al Gobierno y su operativo para mandar migrantes en autobús a Estados dominados por demócratas.

Núcleo de una batalla judicial entre el Gobierno federal y varios Estados conservadores, entre ellos Texas, el fin del título 42, intención del Gobierno de Biden, está en el aire, y no se espera hasta después de navidad, situación que podría atraer a más migrantes a la zona. En El Paso, a la espera de una ola de frío que podría bajar las temperaturas varios grados bajo cero desde el viernes, el alcalde Leeser ha anunciado que van a acondicionar varios edificios como albergues. La Cruz Roja ha dicho que cederá 10.000 camas.

Mientras tanto, cientos de ciudadanos de América central y del sur, muchos de Venezuela, pero también de Nicaragua, El Salvador, Colombia o Ecuador, intentan cruzar desde hace días el río Bravo y entregarse a las autoridades de EE UU para pedir asilo. Los migrantes han organizado una fila del lado estadounidense del río, antes de la barda divisoria. La Policía de Fronteras y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza los trasladan en grupos a sus oficinas para tramitar sus solicitudes. Si logran sortear el título 42, la solicitud implica la apertura de un proceso legal de final incierto. Aun así, los solicitantes lo ven como una forma rápida de entrar al país y aguardar ya allí el resultado.

About Author

admin