La música exhibe su poder en la campaña electoral de EU con cada vez más artistas sumándose al rechazo a Donald Trump, mientras los candidatos a la Casa Blanca se valen de poderosas letras de canciones para plasmar su visión de libertad en sus mítines.
El cuarteto sueco ABBA ha sido el último de una larga lista que incluye a artistas como los Rolling Stones, Céline Dion, Bruce Springsteen o Neil Young, que han pedido públicamente al expresidente (2017-2021) y aspirante republicano que deje de usar su música y sus vídeos en sus discursos.
El rechazo a Trump por parte de destacados nombres de la industria musical no es nuevo: los herederos de Prince le negaron el uso de sus canciones en su mandato y en su lucha por la reelección en 2020, y la banda Linkin Park se opuso a que sus canciones sonasen en sus mítines.
Aunque el uso de una determinada canción no inclina la balanza de intención de voto hacia un aspirante u otro, “la selección de una canción puede ayudar a mantener la campaña en la mente de la gente de forma gratuita”, dice a EFE, Eric T. Kasper, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Wisconsin- Eau Claire.
Por ello muchos artistas optan por distanciar su música de las figuras políticas, en un intento de que la audiencia no los asocie con unos determinados ideales.
“La música se ha utilizado en las campañas presidenciales de Estados Unidos durante más de dos siglos, lo que demuestra no solo su poder de permanencia, sino también la importancia que tienen las campañas en la elección de las canciones”, agrega Kasper.